lunes, 10 de enero de 2011

[Cuento de nochevieja] Día 31 de diciembre en Granada

El día 31 de diciembre, me levanté sobre las 10:00-10:30 horas, lo recuerdo porque habíamos quedado sobre las 11:00 horas de la mañana para ir a la nieve y no me gusta llegar tarde a los sitios cuando he quedado con gente.

Tenía la cama al lado del cuarto de baño ya que fui cortés y les dejé las otras dos camas al Llinares y al amigo D. Sus camas estaban una al lado de la otra y así si una noche se sentían con ganas de reflejar el amor que guardan entre ellos podrían haber juntado ambas camas y deleitarse juntos.

Bueno, me di una ducha, salpicando un poco el suelo…pues esperé a que saliese agua caliente teniendo la mampara abierta, algo que abochornó a la pareja homosexual que compartía la habitación conmigo. También recuerdo que me afeite en un intento de quitarme años y despedir con buena cara el año 2010.

Tras esto, me vestí y baje a la calle, eran las 10:50 horas, genial porque tendría tiempo de caminar un poco por la plaza llamada “Plaza Nueva” y estimar en que bar sentarnos todos a desayunar.

Al rato bajaron Ramón y Dani y decidí que sería una buena idea almorzar en la terracita de la plaza de cual garito no recuerdo el nombre y así aprovechar el solecito. Al rato Mamón, quiero decir…Ramón comentó que no había sido mala idea lo de sentarse en la terracita y tomar el sol, todo un esfuerzo debió suponerle decir esto.

Recuerdo que me pedí un bocata de ternera picada a la mostaza, mala elección pues cuando me lo trajeron tenía el aspecto de un bocadillo de mierda, supongo que ya sabéis el chiste del bocadillo de mierda, ¿verdad?

Es curioso pero tengo el difuso recuerdo de que cuando ya habíamos terminado de almorzar el amigo D, el Llinares y yo…apareció el grupo A…. que raro, pues habíamos quedado sobre las 11:00 horas, no puede ser que aparecieran mucho mas tarde… la edad me debe de estar pasando factura.

Los integrantes del grupo A estaban ilusionados con el tema de ir a la nieve y de hecho vestían prendas confeccionadas para la práctica de esto… de la nieve, ya sea snowboard, sky, echarse bolas de nieve, realizar complejos muñecos de nieve, etc…

Jajajajaja…..me da la risa cuando recuerdo que el Llinares me comentaba que no era tan fácil lo de ir a Sierra Nevada pues estaba como a 2 horas de Granada y luego habría que volver y tal…. Disculpar…esto ya lo volveremos a tratar en el siguiente “Cuento de nochevieja”.

El grupo A volvió al hostal para cambiarse las prendas tras debatir que iríamos a la nieve al dia siguiente, día 1 de enero de 2011 y a lo largo del día andaríamos por Granada admirando el paisaje, el mestizaje árabe, esas teterías, esas tiendecillas de cachimbas, bolsitos, prendas moriscas, pendientes, brazaletes, lámparas, etc….

Ese día comimos en el Bar KIKI, lo recuerdo perfectamente debido a que pagué con tarjeta y hace unos días vi un concepto del gasto que decía así: “BAR KIKI”. No tiene perdida. También recuerdo, al llegar a la placeta donde estaba ubicado el bar, un chaval dirigiéndose a un grupo de amigos diciendo: "Vamos a comer aquí a ver si se nos pega algo del bar este...".

Nos atendió un camarero muy majo que hablaba no-claro, alto y con ese humor que caracteriza a la gente andaluza y que a todo el mundo encanta, ¿verdad?

A mí me gustó el tema de que conociese más Oliva que otras zonas de España pues me preguntó si desfilaba en los famosos “Moros i Cristians” de Oliva y si conocía a ese amigo que tiene él por mi tierra que resulta ser el de la grúa, el que quita los coches mal aparcados y demás quehaceres. Muy majo era el chico.

El camarero en cuestión gritaba de vez en cuando: “¡¡¡Una mesa para la gente de Oliva que tienen hambre!!!” pues estábamos en la barra esperando para la mesa y poder sentarnos a disfrutar de una buena comida. Disfrutamos de la comida, no recuerdo exactamente cual fue el tema principal de conversación pero recuerdo que estuvimos un tiempo dilatado disfrutando los 6 de la comida, la bebida y la buena compañía.

No teníamos planes para la cena de Nochevieja, si…así somos nosotros.

Por la tarde anduvimos un rato por Granada y llegamos, cerca de la calle Elvira a una famosa callejuela de Granada que está a rebosar de teterias y tiendecitas típicas de la zona. Allí entramos siguiendo al Lobo a la primera tetería a mano derecha que se encuentra en esa calle. 

Casi reservamos mesa para la cena pero en el último instante no se cumplieron las expectativas, eso sí, disfrutamos de un buen té y nos hicimos fotos varias.

Por la noche, quedamos sobre las 9:30 horas para ir a cenar, creo.

El grupo A volvió a sufrir un leve retraso, parece que a una integrante le sangraba alguna o ambas orejas tras estar un rato oyendo fuertes zumbidos a causa de que un servidor la estaba rajando de arriba abajo, lo debo reconocer… en lugar de haber ido a reservar la mesa a aquel restaurante chino, lo siento, mea culpa.

Luego me dejé el teléfono móvil cargándose en la entrada del hostal y lo recordé a mitad camino de aquel restaurante chino donde teníamos pensado cenar, a las 10:00 horas y pico… de la noche del 31 de diciembre. Volví corriendo, pues mis entrenamientos con el amigo D van surgiendo efecto y puedo llegar a desplegar una alta velocidad punta. Tuve suerte y no perdí el móvil, seguía tal y donde se me había olvidado, menos mal.

Al regresar al lugar donde estaba aquel restaurante chino la gente me informó de que había cola para entrar y aquello estaba lleno. El plan B era cenar en un kebab, un plan que a nadie le desagradaba. De camino a ejecutar el plan B nos encontramos a un vendedor profesional de humo (un relaciones de un garito) que nos vendió una cena por el módico precio de 35€, que luego no era este precio , era un poco mas…pero bueno, es el encanto de la gente de Granada.

Nos montaron la mesa para 6 comensales y nada, a comer. En la carta ponía PRIMEROS y SEGUNDOS refiriéndose a los platos del menú de cena. Cualquiera hubiese entendido que entraba todo porque lo normal en mi mundo es que ponga PRIMERO A ELEGIR y SEGUNDO A ELEGIR. En fin, se trata del encanto de la gente de Granada. 

Recuerdo que elegimos todos salmón de segundo, que rico estaba aquel pescado…lo que fuese…bueno, tampoco estaba tan allá pero ya me explicó al día siguiente la camarera de voz a-tercios-pelada el tema del pescado pero esto vendrá narrado en el siguiente "Cuento de nochevieja".

Eso si, como dice mi amigo el Llinares: “Hi haurà que dir a esta gent que estem en el segle 21 i que no se pot anar pagant tot en papers…” pues resulta que tuvimos que pagar la cena en efectivo, igual que el parking, algo que al Llinares le sorprendía cada vez más.

Después de la cena, las uvas, el cava y toda la ceremonia de año nuevo, deseos, promesas y demás… fuimos a un garito cercano para celebrar la entrada al 2011. Una fiesta con gente de la comarca, Gandía, Grau de Gandia, etc… se ve que Granada está de moda.

Nos fuimos a la cama a horas que es mejor que no digamos, pues la fiesta fue total.

Y hasta aquí puedo narrar, al día siguiente nos esperaba un gran viaje. Ya lo leeréis en la próxima entrada.

2 comentarios:

Vicent dijo...

No me'n recordava que el bar s'anomenava Bar Kiki. Aquell entranyable bar on tots erem d'Oliva, fins i tot Silvia que és de les Canàries. I és que Oliva no té límits.

tÒni dijo...

Tots a una veu fills d'Oliva...