domingo, 3 de octubre de 2010

Viaje a Noruega (parte IV)

Este día nos fuimos subimos en teleférico desde la urbanización Montanna hacia una montaña justo encima de la ciudad de Bergen desde donde admiramos la vista que nos ofrecía.

La bajada la hicimos a pie, algo de senderismo, pues la zona se ofrecía a ello. Impactantes las imágenes de ver a la gente bajar vistiendo prendas de running y deportivas la montaña apoyándose sobre aquellas piedras. Nosotros con botas de senderismo no teníamos aquella fluidez que se apreciaba en gente que rondaba los 60 y pico años.

Tras bajar, fuimos hacia la ciudad para comer algo, reponer fuerzas y empezar la despedida de la ciudad que íbamos a dejar atrás formando parte de nuestro pasado.

Por la noche teníamos otra cita con el siempre amigable “tren de la muerte”, ese cercanías encantador donde nos acostumbramos finalmente a dormir sentados casi sin espacios.

Llegamos a Oslo al día siguiente sobre las 7:00 horas de la mañana y aquel sabíamos los cuatro que serían las últimas imágenes que retendríamos de la capital y del país. Carlos durmió un total de unas 15 horas seguidas en el “hostel” por la tarde-noche y mientras Dani, Llinares y yo nos paseamos tranquilamente por las calles y centro de Oslo, sin prisas y disfrutando tranquilamente del paseo, pues todo estaba visto y solo quedaba matar el tiempo en la bella ciudad.

Cenamos como no, en un EGON, para terminar felizmente la velada. Bebimos nuestras últimas Rignes y encaramos dirección hacia el “hostel” donde reposaríamos nuestro feliz sueño por última vez.

Al día siguiente, nos levantamos, desayunamos y partimos hacia el autobús que nos llevaría al aeropuerto, más o menos teníamos una hora de ida.

Tras esperar un tiempo partíamos hacia “nuestra terreta”, volvimos a Valencia y dejamos Noruega en el recuerdo.