miércoles, 5 de enero de 2011

[Cuento de nochevieja] Día 30 de diciembre en Granada

No voy a hablar de la nochevieja sino del día previo, de momento.

Con las reservas realizadas y habiendo concretado con el “grupo A” vernos en Granada la tarde-noche del 30 de diciembre me disponía a preparar mi maleta de viaje la tarde del día 29, con meticuloso cuidado y fijándome en no dejarme nada por no repetir sucesos previos en otros viajes y sufrir criticas de ciertas personas. Que conste que soy una persona ampliamente cultivada en lo que viene siendo el soportar críticas tras críticas de personajes indeseables.

Con todo preparado quedé con la gente que componía junto a mí el “grupo B” el día 30 sobre las 14:30-15:00 horas , pues un servidor, una persona muy cumplidora y trabajadora, tenía que trabajar hasta esas horas aproximadamente.

Al final salí de la oficina puntual para sorpresa de todos.

Todavía recuerdo la reacción de mis colegas cuando me vieron por la calle con la maleta. El comentario que me caló hondo fue sin duda el siguiente: “Que elegante vas, me dan ganas de respetarte y eso que me das asco”.

De corazón quiero hacer público que estos comentarios son los que me hacen seguir adelante cada mañana con una gran sonrisa, gracias amigos míos.

Fuimos a comer a un sitio que decidí yo, pues no me gusta llevar las riendas ni tener que estar pendiente de responsabilidades y tomas de decisiones pero parece que la gente quiere que sea yo el abanderado y así poder fijarme como objetivo de críticas y criticas, en fin, es lo que hay.

Tras comer partimos hacia Granada, eran las 16:00 horas aproximadamente.

En un trayecto, super-agradable, de 5 horas aproximadamente llegamos a Granada. Por teléfono “el lobo” nos avisó de que le había resultado una tarea ardua el encontrar el hostal y aparcar el coche, así que nos hicimos a la idea de que a nosotros también nos llevaría algo de tiempo.

Al llegar al hostal dejamos las maletas y bajamos  pues nos comentó el “grupo A” que se encontraban en la bodega “la castañeda”, sitio recomendado por mi (no quiero echarme flores pero si no lo hago yo no lo hace nadie), y allí nos tomamos los primeros tintos de Granada acompañados de unas tapitas. Rico, ricuelo.

Algo que me sorprendió fue lo siguiente.

Resulta que salí a hablar por teléfono con la familia, decirles que habíamos llegado a Granada sanos y salvos y esas cosas. Al volver dentro de la bodega mi amigo, el semi-dios, me preguntó “Toni, que dius..que estavem critican-te o no, que dius??”…. Ante esta cuestión yo dije que no se me estaba criticando pues acabábamos de llegar y no veía el por qué de tal hecho. Tras esta respuesta un silencio invadió al grupo (todo el conjunto, grupo A + grupo B) y entonces entendí que sí estaba siendo criticado.

Desconozco el motivo en concreto pero bueno, es algo que suele pasar y lo sobrellevo con cierto éxito.

A parte de esto comentarios como “parece el más mayor” no me dejaron roto pero si dolieron así de primeras pero también es algo que viene siendo habitual. Esto es debido a mi presencia madura, seria y formal. Las personas humanas que hicieron el comentario quedarán en el anonimato pero vamos… lo oí y la venganza es un plato que se sirve frío.

De ahí a otro y de otro a un pub y de ese pub a otro. En este último a nuestro semi-dios le dio por criticar un mojito que nos habían preparado, pues estaba francamente malo. Digo yo que no le sentaría muy bien al camarero de un local en cuya puerta pone un cartel de “se preparan Mojitos” que se le acerque un chaval a decirle “oye, este mojito no tiene perdón de dios”.

De nuevo la vida nos descubre que siendo unos hijos de puta nos va mejor.

El camarero les relleno hasta arriba la copa de mojito y le añadió mas hierbabuena (hierbabuena de mojito, no la del ojal, que no es lo mismo) y aún así hoy en día existe una profunda teoría de que es lo que fallaba barajándose varios ingredientes…. Hierbabuena, ron, azúcar, el hielo no picado… y aún se desconoce la causa de semejante aberración de mojitos.

Después de este episodio, hicimos unas rondas de chupitos de tequila, a cargo de nuestro semi-dios que luego pedía un punto de apoyo a causa de la embriaguez adoptada por tanto alcohol en sangre.

Fuimos a una discoteca a terminar de quemar la noche, algunos desconocen el por qué de esta última estación pero a mí personalmente me vino bien, pues me bebí en un acto de hombría 4 gyntonics en menos de 45 minutos. No fue ningún desafío ni era algo premeditado pero lo hice y punto. El chaval que suele pasar desapercibido, llamémosle a partir de ahora “amigo D”, me felicitó por mi hazaña dándome la mano y reconociendo mi labor.

Tras un corto periodo de tiempo y con mi trabajo sucio realizado nos fuimos a nuestros respectivos hostales, referenciados por “hostal A” que es el del grupo A y “hostal B” que es el del grupo B.

Al día siguiente quedamos en vernos sobre las 11:00 horas, creo. Esto continuará en próximas narraciones.

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