El comienzo más fuerte y la caída más rapida

Utilizando la tecnología, ya no sólo el correo electrónico sino creando un evento en Facebook realice una convocatoria como las que ya hacía tiempo. A la próxima lo twitteo!!

12 personas selectas para asistir a la quedada de gente que formó y/o sigue formando parte de Dimensión Informática, empresa de software que fue absorbida por una importante multinacional, en el Pato Mareao, aquí en la calle Serpis.

El lado negativo, como los asistentes saben, es que no me pude hacer con los servicios de Pedro y su mítico local, el Bar Orco, y mira que le estuve llamando pero no me lo cogió…que habrá pasado con el Bar Orco??

Para darle apoyo a Pedro en estos momentos de crisis y que nos quede un atisbo de esperanza de que su local no haya cerrado las puertas para el mundo, para valencia, para gente selecta… he dado un paso al frente y he creado un grupo en Facebook. Este grupo recibe el nombre de “¡Yo también quiero una estrella michelín para el "Bar Orco"!”. Si alguien ajeno a la existencia de este local desea darnos apoyo en estos momentos de crisis y de dudas sobre la posible desaparición del local de Pedro, puede unirse a nuestro grupo.

En fin, como decía, quedamos 12 para comer en el Pato Mareao, y como bien sabemos, las cosas “pensat i fet” son las que mejor salen y no merece la pena pensar más allá ni planear las cosas a largo plazo. Yo caí en este error y di por hecho que nos juntaríamos para cenar ese mismo día…ya que siendo 12, contando con algunas bajas que otras… (que si el peluquero, que si la mujer, que si la partida de squash,etc…) pensaba que llegaríamos a la cena unos 5-6 hombres dispuestos a dar pena hasta ver salir el sol.

De hecho hasta se comentó en varias ocasiones el plan de empalmar la noche con el día y al ver salir el sol coger coche e irnos a Cullera a almorzar en la Lonja unos bocadillos de sepia recién pescada.

Sonaba todo muy apetecible, pero la realidad es que a las 20:00 horas y siendo 3 personas desde las 19:30 horas, los planes se fueron al traste. Yo no me rendí, no abandoné el barco, seguí dando coletazos…pero nada pude hacer.

Llegué a casa, llame al señor Lobo, el recurso que siempre está ahí…para resolver los problemas… y contacte de nuevo con los dos últimos guerreros, Jesús y el Llinares. Jesús parecía motivado, afirmó que luego se apuntaba y el Llinares, en su harén, dijo que lo tendría que confirmar mas tarde agotado por la falta de sueño. Raúl casado y con la cena en mesa no tuvo remedio y no alargue la conversación para no oírlo llorar… No me gusta que un hombre llore.

A las 00:00 recibí dos mensajes en menos de 5 min. Primero el Llinares, que se veía venir, diciendo que causaba baja, que el cansancio le había vencido. Pensé que era patético pero siendo de Cullera no se lo tendría en cuenta. El segundo golpe vino de parte de Jesús, con otro mensaje diciéndome que se había quedado apalancado en casa y nada que pasaba de salir.

Ahí me vi vencido, mis propios amigos me habían abandonado y entonces recordé que siendo el capitán mierdo de la noche no tendría otro remedio que hundirme en la miseria y ni siquiera llegar a dar pena… Ni el señor Lobo me pudo consolar.

En fin, me alegré de ver a la gente de la vieja fábrica de algodón, pues hacía tiempo que no veía a algunos. A ver si a la próxima aguantamos mas…