Me levanté por la mañana el día de actos y bajé tras desayunar unas tostaditas con mantequilla y mermelada de naranja amarga tranquilamente en mi pequeñito habitáculo donde resido desde hace ya unos años... quizás demasiados.
A las 5:30 horas había quedado con mi colega “el taqui” para que me recogiese e ir a casa de Jesús para reunirnos con este y con Carlos. Ambos habían compartido una noche de pasión desenfrenada, suponemos después de ver las caras que tenían de buena mañana, se supone que durmieron mucho. La pregunta es, ¿cual de los dos mordió la almohada? Quizás fueron ambos...
De primeras Dani ya la lió un poco llegando tarde a recogerme y quedándose misteriosamente dentro del coche unos instantes. Como siempre él tiene su versión adulterada del hecho sucedido. Todo un clásico en este pintoresco personaje.
El equipo tomó la decisión de ir con el coche de Dani al aeropuerto. Una decisión que solo nos costó unos 49,90€, sí, ¡viaje de low-cost! (no de locos)
Viajamos a Oporto con Ryanair y llegamos al hostal que reservó con tanto éxito Jesús. Un precio de 9€ la noche. Genial ya que era muy buen sitio, una amplia habitación. Lo que más les encantó fue la recepcionista, una chica que por su amabilidad se hizo de querer por algunos integrantes del equipo.
El primer día de viaje pateamos la ciudad, había un clima gris, de lluvia que se iria repitiendo un día tras otro hasta abandonar tierras portuguesas. Ese día me eché una siesta de hora y media, justa y necesaria pues la noche anterior no dormí mucho...
El segundo día nos fuimos a Braga, la tercera capital del país, donde anduvimos por las calles, visitamos museos, iglesias, y vimos un montón de "monumentos" por las calles. Era lunes y se notaba el ambiente del día a día. Comimos unas pizzas muy ricas y nos ofrecieron rabanadas de postre. Las rabanadas son las típicas torrijas, pero según ellos juran y perjuran que son originarias de la ciudad de Braga.
Tras debatir el tema de las rabanadas con uno de los dueños del local, me dijo que eran mitad y mitad de España y Portugal.
Por la tarde, haciendome caso, el equipo de viaje nos fuimos a tomar vinos por la zona de bodegas de Oporto. Sinceramente pienso que fué la decisión más acertada del viaje y más aun después de probar el vino Sandeman, muy rico y con un sabor avellanado en sus adentros.
El tercer y último día de viaje nos quedamos en la ciudad de Oporto y realizamos un viajecito en barquito por el río visualizando los puentes y poco más. Nos vendieron que había un guía que nos comentaba la historia de los puentes y de la ciudad, pero todo fue mentira, nada de nada. Después fuimos a una bodega a probar vinito y realizar una visita por su interior.
Ese día todos los integrantes recordamos la cena de la noche anterior donde hicimos un amago de cenar en un sitio y al final nos largamos sin previo aviso, simplemente para que los portugueses se llevasen una buena imagen del país, jeje..... Todos recordamos el gesto de Dani, ese gesto de la victoria levantando el paraguas. Algo imborrable en nuestras memorias.
La última noche nos acercamos a un garito donde poder ver un trozo del partido Chelsea-Valencia y ver como quedaba eliminado de la Champions League. En el cuarto día sólo nos quedaba coger el avión de regreso a España.
Un buen viaje chicos!!!